El Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente, con la colaboración del Ministerio de Justicia y Paz de Costa Rica, organizó la capacitación “Detección y tratamiento de hombres adultos víctimas de abuso sexual infantil para psicólogos del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) de Costa Rica. Este taller se realizó en las instalaciones del INA ubicadas en La Uruca, Costa Rica los días 7, 21 y 22 de agosto del 2014.
Mediante esta capacitación, los funcionarios del INA obtuvieron insumos útiles para detectar y tratar una de sus poblaciones más complicadas: hombres adultos que sufrieron abusos sexuales durante su niñez y que en muchos casos no han recibido un adecuado proceso para enfrentar las secuelas y consecuencias psicológicas de ese suceso.
Como señalaron las capacitadoras Damaris Quesada (trabajadora social) y Lillibeth Matamoros (psicóloga), funcionarias de la Dirección General de Adaptación Social del Ministerio de Justicia y Paz de Costa Rica, las víctimas de abuso sexual, ante el impacto del abuso sufren estrés postraumático, depresión, ansiedad, distorsiones cognitivas, sufrimiento emocional exteriorizado, dificultades interpersonales, dificultades sexuales, fobias sociales, uso frecuente o abuso de drogas, conductas suicidas, entre muchos otros síntomas. En general, las consecuencias de la victimización a corto plazo son devastadoras para el funcionamiento psicológico de la víctima, de impacto mayor cuando existe un vínculo con el ofensor porque se da la traición a la confianza. Cualquier forma de abuso es doloroso para la víctima, las diferencias de cómo lo experimenten están determinadas por los siguientes factores: edad de la víctima al momento del abuso, duración del mismo, características personales tales como: fortaleza emocional, recursos de apoyo familiar, grado de culpa del niño por parte de los padres o allegados y la posibilidad de atención profesional especializada oportuna. La terapia se encamina a superar el dolor, a la sobrevivencia (no se puede hablar de cura).
Estudios consideran priorizar la atención a niños varones víctimas de abuso sexual por el motivo de que a diferencia de las niñas, los niños que han sufrido abusos sexuales, tienden a su vez, a abusar de otros menores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) defiende la misma hipótesis: “los niños que son víctimas de violencia o abusos sexuales corren un alto riesgo de convertirse en agresores, utilizar formas de abusos similares contra niños más jóvenes […] años más tarde”. Concluye la OMS pueden incluso “utilizar la violencia física contra los niños que están bajo su cuidado o contra sus propios hijos”.
En la experiencia de trabajo en Costa Rica con víctimas de abuso sexual, específicamente con hombres que sufrieron abuso sexual en su infancia/adolescencia, la información es escasa, pues si no lo trabajaron a tempranas edades, tampoco lo han hecho al ser adultos (por las razones apuntadas). Lo que no significa que no arrastren secuelas, si no que entran en juego factores de aprendizaje social y prevalecen esquemas de corte machista y androcéntrico.
De igual forma, la literatura con hombres abusados es poca, por cuanto el énfasis es el trabajo con mujeres víctimas, que son las que más acuden a las instituciones en busca de ayuda.
La mayoría de hombres adultos víctimas presentan dificultades para mostrar sentimientos, evitan comportamientos que puedan aparecer como frágiles, y en ocasiones se disocian o traducen su dolor e impotencia en expresiones de enojo, ira, conductas autodestructivas o en reproducir eventos de agresión sexual hacia otras personas (lo cual claro está no es una condición mecánica pues está determinado por las características de cada persona).
La intervención que se brinda debe ser con entrenamiento profesional lo que implica acompañar a la víctima, para que ésta logre la comprensión de lo que significó el abuso sexual en su vida, identifique sus áreas dañadas y se instrumentalice para enfrentar la cotidianidad, mejorar su calidad de vida y poder insertarse en la sociedad de forma adecuada sin reproducir eventos de violencia. La meta es que pueda sobrevivir a la experiencia, que busque alternativas para sanar.
Mediante esta capacitación el ILANUD buscó ayudar a solventar las carencias en capacitación para el abordaje de esta población olvidada.
Sugerimos que utilicen el siguiente vínculo para leer uno de los textos utilizados en la capacitación: “El silencio de género“. Se adjunta a continuación el listado de textos que fueron recomendados por las expertas capacitadoras:
Bibliografía
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